miércoles, 29 de enero de 2014

Embarazo y VIH Sida en Argentina




 Embarazo y VIH Sida en Argentina 


Cada vez son más numerosas las mujeres y adolescentes que llegan a los servicios de obstetricia de los hospitales porteños para descubrir que son portadores del VIH. 

El Dr. Daniel Gutiérrez, obstetra del Hospital Rivadavia alerta sobre el aumento progresivo y continuo de mujeres embarazadas VIH positivas. En la actualidad sé a conformado un equipo que incluye al obstetra, al neonatólogo, al pediatra que hace el seguimiento después del parto, al infectólogo, asistentes sociales y psicólogos, este equipo colabora en la asistencia de mujeres embarazadas VIH positivas.

Lo primero que se le pide a la mujer embarazada es la realización del análisis de VIH. El mecanismo era que la mujer se lo hacía, el personal del Hospital Rivadavia retiraba los estudios y el médico le entregaba en mano el resultado. Posteriormente el laboratorio decidió dárselo a la paciente como si se tratara de cualquier análisis, pero en el papel figura un número como resultado denominado Cut Off, que es un límite. De ese límite para arriba estaría contaminado y de ese límite para abajo no estaría contaminado. De esa forma la mujer puede estar deambulando y nadie se entera hasta que vaya a la consulta médica del hospital. 

El tratamiento que se aplica a la mujer embarazada VIH positiva es el AZT, salvo en un período avanzado. El Hospital se maneja con las recomendaciones elaboradas por las autoridades sanitarias de los Estados Unidos respecto al uso del AZT. En el primer trimestre del embarazo, no es conveniente administrar la droga por los daños que puede causar al feto. Por lo tanto, se toma desde la semana 14 hasta la 34. 

Las edades de las mujeres infectadas oscilan entre los 20 y los 30 años, aunque hay chicas más jóvenes, adolescentes. 

Hay muchas que plantea la mujer embarazada y las mayores son sobre él bebe. Si el chico va a morir, o si va nacer con VIH y qué pasará después. Recién a los 180 días se puede decir si el chico está o no infectado. Se han registrado abandonos de chicos. Por eso es importante el trabajo de la psicóloga con la madre. 

El SIDA y la Escuela

En la Argentina, la Secretaría de Educación ha implementado desde el año 1989 normas de prevención. El HIV ha irrumpido en el área de la educación y afecta no sólo a la población conformada por los alumnos, sino también a los padres y al personal docente. La Lic. Silvia Portas, licenciada en psicología y Coordinadora de Promoción de la Salud y Prevención del SIDA de la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, manifiesta que en todas las áreas escolares hay chicos que son portadores. "La oferta educativa es amplia y toma todas las edades: jardín de infantes, primaria, secundaria y adultos." 

Cuando en una institución educativa se halla una persona portadora de lo que se trata es de ponerle las cuatro letras a lo que le sucede. Con los chicos trabajan psicólogos que deben abordar una verdad que no es liberadora. El SIDA pediátrico es un tema delicado en todo el mundo. En el caso de los alumnos, lo predominante es la transmisión vertical, es decir, de madre a hijo. 

Al principio en las escuelas los docentes y personal educativo no aceptaba el uso del guante, porque creían que el niño se pondría mal. Desde la Secretaría de Educación se hace especial hincapié en el uso de guantes para la atención de heridas o la limpieza cuando se ha producido un derramamiento de fluidos corporales. Dice la Lic. Portas: "Las señales, cuando alguien sangra, las dan los mismos chicos."

Para la Lic. Portas, si un chico comparte su condición de portador de VIH, puede llegar a tener efectos sumamente negativos en aquellos que lo rodean. Pero también es muy difícil para un niño no poder contar lo que le pasa. Puede suceder que sean sus padres los portadores y tenga que reprimir la angustia no sólo en la escuela, sino también en el barrio, o en lo de la familia vecina donde juega. 

La intervención que se hace desde la Secretaría de Educación es acompañar para que pueda desarrollarse la convivencia, bajar los temores y lograr que el niño pueda hacer una vida normal. El grupo que acompaña estas situaciones se conforma por tres psicólogos, una socióloga, una asistente social y una licenciada en Ciencias de la Educación y una bibliotecaria. Se realizan reuniones con los docentes, con la familia y se evalúan las necesidades de todo tipo. Una de las experiencias más terribles es el deterioro y el fallecimiento de un niño. 

Desde el año 1992 se realizan cursos de capacitación sistemática para los docentes. En las escuelas se realizan talleres durante una semana en forma intensiva durante el mes de febrero. "Es importante enfatizar algunos puntos clave. La convivencia con personas HIV positivas, lo mismo que con familiares es posible, deseable y sin riesgo. Las vías de contagio deben ser claramente entendidas y creemos que el mejor sistema de trabajo es en grupos pequeños. Es importante recalcar que no hay preguntas estúpidas. Lo que no sabemos, por desgracia lo rellenamos con prejuicios, con mitos. Es importante que en estos talleres intervengan los padres."



Hasta el momento este programa se aplica en la Capital Federal. La Lic. Portas recalca la necesidad de formar gente para poder trasladar este programa a las provincias. 

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